Alianza para la produccion


Periodo.

Desde 1976 a 1982.

Presidentes De La República.

José Luis Lopez Portillo.

Contexto Histórico.

1.-Concertación y aplicación de la reforma política inicial para democratizar al país.
2.-Primera visita del Papa Juan Pablo II.
3.-Descubrimiento del yacimiento de petroleo llamado "Cantarell".

Características Principales.

1.-Estabilización, Recuperación y Consolidación de un alta tasa de crecimiento económico.
2.-Petroleo principal actividad económica.
3.-Autorización a la banca para que recibiera depósitos en dolares. 
4.-Distribución del ingreso y abatimiento de la inflación.
5.-Fortalecimiento de la producción otorgando incentivos al sector privado.

Objetivos.

1.-Basarse de un programa económico de austeridad.
2.-Estabilizar la economía.
3.-Desarrollar la industria petrolera.
4.-Creación de empleos.
5.-Reorientar la producción industrial hacia bienes de consumo básico en el mercado interno.
6.-Ampliar servicios sociales.

Aspectos Positivos.

1.-El mas alto crecimiento de la actividad económica.
2.-La bonanza económica atrajo el interés de la banca internacional.
3.-México tenia capacidad de pago.
4.-Modernización de la industria.

Aspectos Negativos.

1.-Aumentos significativos en los gastos gubernamentales y del sector privado.
2.-La inversión del petroleo encontrado solo se aprovechaba en dicha industria.
3.- Endeudamiento de la banca y el sector privado.
4.-Petroleo único recurso explotado.
5.-Nueva crisis económica.

Modelos Economicos







La petrolización de México


En los últimos meses se ha discutido el hecho de que la economía mexicana se está petrolizando. El proceso hasta ahora ha sido discutido en términos generales, equiparando el desarrollo reciente de esa economía, con el observado en algunos países exportadores de petróleo, como Venezuela o Arabia Saudita. Tales análisis se abstraen del grado de desarrollo alcanzado por México en las décadas recientes, y de la interrelación entre el aparato productivo existente con la reciente expansión de la industria petrolera. Tratando de considerar estos elementos, a continuación hacemos algunas consideraciones sobre el problema.
EL PETRÓLEO EN EL DESARROLLO RECIENTE DE LA ECONOMÍA
El petróleo ha estado asociado íntimamente al proceso de desarrollo de la economía mexicana. Sin embargo, su relación no ha sido una constante sino que esta industria ha tenido una evolución desigual que a principios de los años setenta se planteaba como una limitante al proceso productivo. La supeditación del desarrollo de la industria petrolera a conceptos de índole financiera, hizo que de 1938 a 1970 se descuidaran las tareas de exploración (3), pese a que la demanda de productos petroleros crecía regida por el auge industrializador; el descuido dio como resultado que la relación de producción y de reservas probadas pasara de 28 en 1938 a sólo 18 en 1970. México se colocaba así en una perspectiva de creciente dependencia respecto al exterior, para poder satisfacer los requerimientos del desarrollo industrial. Por lo demás, no sólo la exploración, sino también la refinación se había rezagado frente al dinámico desarrollo de la industria y en tanto el consumo interno de productos petrolíferos aumentaba a una tasa de 5.6% en el período 1938-1970, la producción se expandía sólo a 5.3%, por lo que se había tenido que recurrir a un creciente nivel de importaciones incrementadas durante este período a una tasa media anual de 7.6%. La situación se torno aún más crítica cuando en 1971 hubo necesidad de iniciar importaciones masivas de crudo. Entonces el Estado decidió revertir las tendencias históricas mediante un esfuerzo para lograr la autosuficiencia energética, decisión que se vio reforzada con la aparición de la crisis de energía a escala mundial.
De lo anterior puede derivarse que una característica del nuevo auge petrolero mexicano es que se origina en un requerimiento del desarrollo industrial, a diferencia de países donde el desarrollo industrial es un subproducto del auge petrolero. Este es un primer aspecto fundamental.
EL PETRÓLEO Y LAS FINANZAS PÚBLICAS
Una vez erigido como prioridad el desarrollo de la industria petrolera, su primer ámbito de influencia es el presupuesto público. De partida, la puesta en marcha del proyecto petrolero incide en las asignaciones presupuestales, y queda sujeto a sus inevitables rigideces y limitaciones. El primer efecto de este condicionamiento es el que podemos llamar de sustitución: dotar de mayores recursos a un sector, obliga a quitarlos a otros sectores. En México el aumento del gasto en petróleo tuvo un efecto negativo sobre el sector de transportes y comunicaciones, cuya participación en el total pasó de 12.0% a 6.5% entre 1971 y 1979.
El segundo efecto se refiere a la dinámica Presupuestal; el gasto de PEMEX fue ocupando una creciente proporción de los aumentos del gasto total y de ser sólo 10.7% en 1971-1973, pasó a 16.3% en 1974-1976, para colocarse en 24.3% en 1977-1979. La proporción es mucho más elevada en el caso de los gastos de capital en donde PEMEX absorbió el 42.8% del incremento en el período 1977-1979.
El presupuesto de egresos adquirió pues un creciente carácter petrolero entre 1971 y 1979, en especial en el período 1977-1979. Conviene señalar que en principio es la puesta en marcha del proyecto lo que explica la aparente petrolización del presupuesto, y que su maduración, pese a los costos sin menoscabo de requerimientos considerables de su mantenimiento, implicará recursos y proporciones bastante menores a las del arranque. El efecto petrolizador puede ser entonces temporal, y una vez alcanzada la meta de 2’750,000 barriles diarios se podrían empezar a liberar recursos presupuestales para otras actividades.
La influencia del petróleo ha tenido un carácter diferente. En lo que se refiere a los ingresos públicos, durante las primeras fases de desarrollo del proyecto petrolero no hubo incrementos considerables en la producción -ya que básicamente las tareas fueron exploratorias- y por ende tampoco se incrementaron los ingresos petroleros. Por ello el creciente gasto no encontró contraparte, ahondándose con ello la crisis fiscal del Estado (de 1971 a 1977, el déficit de PEMEX representó el 11.0% del déficit total del sector público). A finales de los setenta empezaron a dejarse sentir los efectos de los ingresos petroleros, que contribuyeron desde luego a fortalecer las finanzas públicas (en el período 1977-1979 del incremento de los ingresos totales del sector público, el 28.7% provenía de PEMEX).
De esta forma, el efecto petrolizante en los ingresos públicos es más reciente, pero a diferencia del gasto pudiera ser permanente, lo cual sin duda tenderá a dotar de mayor flexibilidad a las finanzas estatales.
EL PETRÓLEO Y LAS ACTIVIDADES PRODUCTIVAS
Al analizar el proceso productivo en su evolución reciente se observa que el mayor peso de la rama petrolera y petroquímica se da en el período debajo del ciclo, tendiendo a ser menor en la recuperación.
De esta forma la presencia de este subsector moldea al ciclo, haciendo más suave la baja y vigorizando la recuperación.
En el período 1971-1973, el sector petrolero y petroquímico absorbió el 3.3% del incremento del PIB total, elevándose esta proporción a 13.8% en la fase de baja del ciclo en 1974-1976, y disminuyendo a 11.5% en 1977-1979.
Participación del sector público en el incremento de la producción (%)
1971-1973
1974-1976
1977-1979
En el incremento del
VBP (1) Total
3.0
10.0
9.8 
En el incremento del
VBP (1) Industrial
5.1
18.2
15.5 
En el incremento del
PIB (2) Total 3.3
13.8
11.5 
En el incremento del
PIB (2) Industrial
7.7
29.1
22.9
(1) VBP valor bruto de la producción
(2) PIB producto interno bruto
FUENTE: Banco de México, S. A.-Información Económica. -
Producto Interno Bruto y Gasto.- Cuaderno 1970-1979, México,
1980, Págs. 39-42.
Para poder situar adecuadamente esta creciente participación del sector petrolero y petroquímico en la expansión de la producción deben considerarse los efectos multiplicadores que esta rama ha generado en el resto de la economía. Para un país como México, esto es lo que cobra mayor importancia, debido a que una expansión sostenida de la industria petrolera podría contribuir a una mayor integración industrial. Utilizando la información de la matriz de insumo producto de 1970, se observa que los mayores efectos multiplicadores en el caso de una expansión de esta industria, serían sobre las industrias básicas del hierro y del acero, y en la de maquinaria y equipo no eléctrico. No obstante, estas relaciones son estáticas y su conservación hubiera requerido de un estricto proceso de planificación. Pero el desarrollo del proyecto petrolero fue precipitado, no obedeció a un esquema de planificación que permitiera la expansión oportuna de las ramas industriales para abastecerlo- la prisa originó fugas en los efectos multiplicadores y aumentó el coeficiente de importación. Porque los insumos fundamentales hubo que traerlos de fuera. Sin embargo, se logró -aunque a destiempo- que se iniciaran algunos proyectos en las industrias antes señaladas, lo que les permitió a estas ramas crecer a una tasa media anual de 8.4% en el período 1971-1979, frente al 6.5% de la industria manufacturera en su conjunto. Así, se puede pensar que el petróleo ha inducido un mayor grado de encadenamiento hacia atrás, el cual hubiera sido más elevado de haberse dado un proceso de planificación riguroso.
El desarrollo petrolero ha tenido también efectos de diversificación industrial en especial a través de la industria petroquímica, en proyectos de la rama de fertilizantes y en la de resinas sintéticas, plásticos y fibras artificiales.
Un último efecto sobre el aparato productivo ha sido a través de la relación de precios de la industria petrolera y los del resto de la economía. Tal relación se ha mantenido favorable al resto de la economía ya que es fundamentalmente una transferencia de recursos por medio de bajos precios, lo cual ha inducido la realización de algunos proyectos industriales, pero también ha fomentado el consumismo (el consumo por habitante de gasolinas creció a una tasa media de 4.0% en el período 1971-1979, en tanto el producto interno bruto por habitante se expandió sólo 2.3%, es decir el consumo creció 1.7 veces más que el producto). La relación de precios de la industria con índice general fue de 1.368 para el período 1971-1979. Si se ajusta el volumen de ventas internas por esta relación, la transferencia vía precio del sector petrolero al resto de la economía en 1971-1979 ascendió a 123,738.3 millones de pesos.
Transferencia vía precio del sector petrolero al resto de la economía.
1971-1979.
1. Ventas internas totales (millones de pesos)
336,373.3
2. Indice de Precios del PIB
320.9
 (Base 1960 100.0)
3. Indice de Precios del PIB
234.6
Petróleo (Base 1960-100.0)
4. Relación del Indice de Precios
1,368
del Petróleo al Indice General
5. Ventas Internas Ajustadas
460,111.6
(1X4) (millones de, pesos)
6. Transferencia vía precio
123,738.3
(millones de pesos) (5-1)
FUENTE: SPP.- PEMEX. La Industria Petrolera en México. – México, 1980, pág. 252.- Banco de México, S.A, Producto Interno Bruto y Gasto.- Cuaderno 1970-1979, México 1980, págs. 60-61.
De esta forma se puede decir que en lo que se refiere a las actividades productivas, el petróleo no se ha limitado a moldear al ciclo, sino que ha tenido efectos de integración, diversificación y transferencia, y que debido a la falta de un esquema de planificación no se lograron mayores efectos multiplicadores del auge petrolero, que desvió gran parte de sus efectos positivos hacia el exterior.
4. EL PETRÓLEO Y EL SECTOR EXTERNO
El petróleo se ha convertido en un mecanismo que permite superar la continua limitante externa del desarrollo de México. De aquí que la discusión sobre este particular requiere abordar dos áreas: el “impacto directo” sobre la balanza comercial (4), y sus efectos sobre la disponibilidad de divisas del país.
Balanza comercial
(Millones de dólares)
La dinámica de las exportaciones petroleras responde a dos efectos; por una parte, hay un creciente volumen de exportación de crudo (en 1974 era sólo de 16 mil barriles diarios, pero en septiembre de 1979 alcanzaba los 809 mil barriles diarios); por el otro, un continuo crecimiento en los precios internacionales del petróleo. La combinación de ambos efectos ha permitido que los ingresos mensuales pasen de 5.2 millones de dólares en 1974 a 754 millones en septiembre de 1979. Frente a esta alza en las exportaciones petroleras, se registra una baja en términos absolutos de las exportaciones no petroleras, tendencia que se explica entre otros factores por la recesión internacional, un mayor proteccionismo por parte de los principales socios comerciales de México; pérdida en la competitividad de los productos mexicanos, y una mayor absorción por parte del mercado interno. Estas dos tendencias han dado como resultado una mayor participación del petróleo en los ingresos por exportación, pasando de 23.3% en 1977, a 67.0% en lo que va de 1980. De preservarse estas tendencias el país podría enfrentar la monoexportación con todos los riesgos que ello implica.
Por lo que hace a las importaciones, en algunos foros se ha señalado que la expansión de la industria petrolera es la que ha provocado una elevación del coeficiente de importación de la economía. En efecto, los mayores ingresos de dólares producto del petróleo combinados con un proceso de liberación del comercio han dado como consecuencia una elevación en el coeficiente de importación de la economía que pasó de 0.062 en 1971 a 0.100 en 1979 (la elasticidad producto de las importaciones de mercancías en este período fue de 1.4).
Aquí entramos a otro problema: el de la disponibilidad de divisas derivadas del petróleo. La balanza comercial de PEMEX refleja sólo el “impacto directo” de las operaciones propias de la industria petrolera. Sin embargo, para obtener el efecto neto de la aportación de PEMEX es necesario agregar la disponibilidad de recursos financieros que la empresa obtiene en los mercados internacionales, y restar a esto los pagos que hace al exterior, es decir, el endeudamiento neto de PEMEX menos los pagos que hace al exterior. En 1979, su endeudamiento neto externo ascendió a 44.3 mil millones de pesos, en tanto los pagos de intereses fueron de 13.7 mil millones de pesos (5). La diferencia entre estos dos conceptos arroja una disponibilidad adicional de divisas de aproximadamente 1.3 mil millones de dólares que, sumados al superávit comercial de PEMEX en ese año, representaron en 1979 alrededor del 60% de los requerimientos de financiamiento del déficit en cuenta corriente. Este calculo ayuda a precisar cuál es realmente la disponibilidad adicional de divisas derivadas del petróleo y su papel en el financiamiento para el desarrollo.
5. EN TORNO A LA POLÍTICA ECONÓMICA
Se ha señalado arriba que en lo referente al presupuesto de egresos, cabe esperar en el futuro una liberación de recursos hasta ahora destinados a apoyar el desarrollo del proyecto petrolero. Sin embargo, esto podría no ser así dadas las permanentes presiones para ampliar la plataforma de producción petrolera. En la exposición de motivos del presupuesto de 1980, presentada en diciembre de 1979, señaló que se disminuiría el ritmo de crecimiento del gasto dedicado al sector petrolero, a fin “de contar con una disponibilidad mayor de recursos para la atención de otros sectores también prioritarios dentro de la estrategia general del gobierno”. Unos meses más tarde, en marzo de 1980, se anunció un aumento en la plataforma petrolera (de 2 millones 500 mil a 2 millones 750 mil) para asegurar el abasto ante cualquier eventualidad. Directa o indirectamente, la decisión justificó la canalización de mayores recursos al sector petrolero a efecto de ampliar la plataforma. Este mecanismo podría muy bien convertirse en algo permanente, sobre todo si se toma en cuenta la situación internacional y el desmedido poder que como grupo de presión ha adquirido en los últimos tiempos la “familia” petrolera.
Parece indispensable y urgente reforzar el esquema de planificación del Estado para condicionar efectivamente el futuro del sector petrolero a los requerimientos globales del desarrollo nacional, y en una perspectiva de largo alcance que trascienda las presiones de corto plazo que se organizan alrededor del presupuesto anual de egresos.
Por lo que se refiere a los ingresos públicos, la posibilidad de evitar una mayor petrolización depende de la puesta en marcha de una reforma fiscal que fortalezca la autonomía financiera del Estado, eleve el ahorro interno bajo control de sector público y le dé, a través de ello, su adecuada dimensión a las aportaciones fiscales del petróleo. Lo anterior no debe significar, empero, que se deje de lado la necesidad de fortalecer financieramente al propio PEMEX, a través de una política de precios internos dinámica.
En el campo de la producción, las tareas para evitar una mayor petrolización constituyen un verdadero desafío, debido a grado de desarticulación que siguen padeciendo muchos de los procesos industriales. Cortar el avance a los rasgos petrolizantes significa una mayor integración y una mayor diversificación industrial. El auge petrolero ha revitalizado el desarrollo industrial, pero sin cambiarlo en sus rasgos dominantes que siguen siendo, después de la crisis y acentuado por la recuperación, el consumo superfluo y la desintegración productiva.
¿Qué hacer para evitar que este proceso se perpetúe? En principio, es necesario impedir “fugas” al exterior de lo efectos multiplicadores del petróleo, para lo cual se requiere evitar desfases en los proyectos a través de una programación industrial más detallada. Esto apunta indefectiblemente una mayor participación del Estado, no sólo en los procesa de diseño y control del desarrollo industrial, sino en la producción misma. Abatir el rezago en el desarrollo industrial el único camino sólido para combatir la petrolización de la economía, lo que implica establecer metas para todos los sectores productivos a efecto de dar fluidez a los encadenamientos internos. De lo contrario el proceso de planificación industrial será bloqueado una y otra vez por las contradicciones sectoriales.
En lo que se refiere al sector externo, para evitar la monoexportación, es necesario que dentro del esquema de planificación industrial se detallen metas específicas de exportación. El esquema de exportación es influido por las recesiones de los países de capitalismo avanzado y requiere una estrategia para lograr menor dependencia de cierto bloque de países, buscando mercados más estables y menos sujetos a fluctuaciones, como los de los países socialistas. Para las importaciones, a efecto de evitar un dispendio de las divisas que otorga el petróleo, será necesario que éstas se ajusten a los requerimientos detallados en el esquema de planificación global. Sin esta racionalización el mecanismo puede volverse el talón de Aquiles del desarrollo.
Recuérdense las presiones recientes para que México ingresara al GATT, como una forma de volver a enviar al exterior, mediante el libre comercio, los recursos obtenidos en el exterior con las ventas petroleras. El rechazo al GATT, sin embargo, no impidió que continuara una política exagerada de liberación comercial que sobrestimuló las importaciones de todo tipo, las necesarias y las superfluas, y montó una presión adicional sobre la exportación de crudo. En suma, las medidas puntuales, o coyunturales, para ser eficaces, sobre todo en un caso como el que se ha tratado aquí, tienen que darse en el mercado más general de una planificación de largo plazo.
Bibliografia.
http://www.nexos.com.mx
Clemente Ruiz Durán. Economista. Colaborador de unomásuno. Profesor de la Facultad de Economía de la UNAM.
La petrolización de México

Alianza a la Producción






Petrolización


Un acontecimiento de gran importancia para la economía del país tuvo lugar entre los años de 1974 y 1975: el descubrimiento de extensos yacimientos de petróleo crudo en los estados de Campeche, Chiapas, Tabasco, y Veracruz. La clase política pensó que la solución a todos sus problemas de crisis, pobreza y deuda externa estaba cercana, pues con el dinero obtenido de la venta del petróleo se solucionarían los males nacionales.
El presidente López portillo solicito cuantiosas prestamos para construir la infraestructura necesaria para la extracción, refinación y distribución del llamado “oro negro” ; entre 1978 y 1981, se alcanzaron tazas de crecimiento muy altas, de hasta 8,5% de promedio anual. Sin embargo, la baja de los precios del petróleo en 1981, y el aumento exponencial de los intereses generados por los
préstamos internacionales, terminaron con los planes de crecimiento, limitándose severamente a la producción y la exportación. El sueño termino de manera abrupta.
Con la caída de los precios internacionales del crudo y la inflación incontrolada, la deuda supero el 100% anual. Para 1996, la producción de crudo mexicano sobrepasaba los mil millones de barriles anuales. 
La petrolización de nuestra economía, el enorme crecimiento de nuestra deuda externa y la profunda crisis que sacudió al país a principios de la década de los 80, durante el gobierno de José López Portillo, sirvieron de extraordinario pretexto a los neoliberales para empezar a aplicar en México las recetas del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial (BM).
Esos organismos financieros al servicio del imperialismo norteamericano, aprovechando la situación de crisis creada por ellos mismos al propiciar una política generalizada de endeudamiento, más allá de las posibilidades reales de los países subdesarrollados, particularmente de los de América Latina, les impusieron su proyecto neocolonial
En la actualidad, México depende económicamente de los precios internacionales del petróleo, ya que, para el presupuesto nacional, se consideran sobrevaluados. 
La falta de inversión en infraestructura, la existencia de pocas reservas probadas para aproximadamente 20 o 30 años y la falta de acuerdos impiden un desarrollo fundamental para un futuro cercano.
El paradigma de la petrolizacion es que, a mayores ingresos, mayor gasto en importaciones de productos derivados de petróleo.

Neoliberalismo y Globalización


Neoliberalismo y globalización
Resumen
El neoliberalismo cobra fuerza, no sólo en razón de la desintegración política y descomposición económica de los socialismos reales, sino porque se fundamenta en las fuerzas motrices de la nueva revolución tecnológica. La "cultura de la exclusión", agravada por la simbiosis del neoliberalismo y la globalización, saca de la escena económica a muchedumbres de mano de obra, a miles de empresas productivas, a Estados conformistas y debilita la misma identidad nacional. Somos mundos y países tan diferentes y tan distanciados, cultural y económicamente, que sólo una vía no nos podría congregar a todos. Lo importante es que haya creatividad, sin imperios ideológicos.

1. El presente del neoliberalismo
1.1. Simbiosis del neoliberalismo y de la globalización

Al finalizar el siglo XX enfrentamos la simbiosis del neoliberalismo y de la globalización. Esta integración no es historia nueva: el liberalismo de mercado del siglo XIX se desarrolló sobre las fuerzas motrices de la revolución industrial. El neoliberalismo de fines del siglo XX se afianza en simbiosis con la impetuosa revolución tecnológica, que Frank Hinkelammert describe como "el huracán de la globalización".
El neoliberalismo cobra fuerza, no sólo en razón de la desintegración política y descomposición económica de los socialismos reales, sino porque se fundamenta en las fuerzas motrices de la nueva revolución tecnológica. Por su parte, el mecanismo de funcionamiento de esta reconversión productiva se acomoda a las pautas y normas de la economía de mercado, una vez desaparecidos aquellos socialismos reales. Esta simbiosis crea el imperialismo teórico y práctico del neoliberalismo.
La actual revolución tecnológica ofrece algunos aspectos atrayentes y positivos. Mientras que en las décadas de la guerra fría, gran parte de los inventos e innovaciones tecnológicas se aplicaron a la carrera armamentística y a la gestación de la muerte, la actual revolución tecnológica nutre importantes avances de la producción civil, que mejorarían los niveles y géneros de vida: revolución de la informática, microelectrónica, comunicación-información, biotecnología, junto con los nuevos productos y nuevos modos de producción, calificados como reingeniería empresarial. Una revolución tecnológica al servicio de la producción y de la vida.
Sin embargo, junto con estos aspectos positivos y tal como lo ha descrito el gran economista Joseph Schumpeter, las revoluciones tecnológicas aparecen en la historia como un "proceso de destrucción creativa": los nuevos inventos-innovaciones generan la desaparición de los modos de producción obsoletos y el desalojo de factores de producción menos eficientes, entre ellos, una gran parte de la mano de obra. Al darse actualmente la simbiosis de este proceso de destrucción creativa (globalización) con las normas de eficiencia-competitividad (ventajas competitivas) del mercado neoliberal, se gesta una "cultura de la exclusión", o de muerte lenta y masiva de gran parte de la humanidad. Luego de la guerra fría se inicia la era de la "paz-violenta", sin que se reabra un juicio de Nüremberg. Por ello, al finalizar el siglo XX reaparecen, en clave mayor, los mismos problemas de fines del siglo XIX, la creciente proletarización humana y el darwinismo social. Es lógico que junto a los neo-clásicos y neo-liberales afloren los neo-keynesianos, los neo-estructuralistas y los neo-
socialistas. Por desgracia también repuntan los neo-fundamentalistas étnico-religiosos que siembran el miedo y la muerte.

1.2. Tres grandes mercados

Este proceso de globalización tecnológica no afecta solamente al feudo económico-empresarial; la cultura de la exclusión invade las fronteras del orden político-democrático, la estructura social y el ámbito de los valores éticos. El proceso de globalización integra, al menos, tres grandes mercados.
(1) El mercado de las empresas transnacionales. La primera sorpresa es que al listar las naciones de acuerdo con el volumen de su Producto Interno Bruto, el país No. 15 se llama General Motors, y el 16, Exon Company... En 1994, el Producto Interno Bruto de El Salvador era de 8,070 millones de dólares; en el mismo año, la facturación de Mitsubitshi era de 175,800 millones de dólares; Mitsui facturaba 171,500 millones de dólares; Sumitomo 162,500 millones de dólares; General Motors 155,000 millones de dólares... Es decir, 20 o 22 veces el Producto Interno Bruto de El Salvador. Al ser estas megaempresas veinte veces más poderosas que muchos Estados, arrollan nuestras fronteras con sus productos y capitales. En realidad, no necesitan arrollar las fronteras porque la teoría imperante ordena que los Estados "deben facilitar los flujos de mercancías y capitales y fomentarlos con subvenciones inmensas y que en tamaño superan la cantidad de subvenciones que el Estado Social jamás haya efectuado".
(2) En simbiosis con las megaempresas y grandes bancos comerciales se sitúa el mercado financiero, que integra al instante las bolsas de valores mundiales. Este mercado de capitales financieros moviliza diariamente l,2 trillones de dólares. Para decirlo en forma gráfica: "en cuatro días de transferencias bancarias internacionales, resultado de las transacciones de divisas, se manipula más dinero que toda la producción creada por la economía de Estados Unidos en un año, o por la economía mundial en un mes". Todos somos testigos del efecto-dominó que la crisis bursátil de julio y octubre 1997 ha venido generando a lo largo del presente año en todos los rincones del planeta, a partir del epicentro sudasiático, o países dragones, que se nos proponían como modelos económicos para el tercer mundo. La especulación financiera genera una inestabilidad monetaria que desestabiliza a las mismas megaempresas y Estados, como lo escucharemos más adelante del financista y filántropo George Soros.
(3) Interrelacionado con los mercados de la gran producción y del dinero se asienta el tercer imperio de los medios de comunicación social. Estos oligopolios o monopolios nos transmiten al instante no sólo hechos y sucesos, sino la interpretación de tales sucesos. Crean la nueva cultura del hombre hecho para producir, ganar y consumir. Hoy día los gastos en publicidad se emparejan con los pasados costos de la carrera armamentística. Los nuevos valores mercantiles agotan costumbres y valores tradicionales, gestando la clonación del nuevo "homo oeconomicus".
El Dr. Maza Zavala lo expresa en forma lacónica: "Una vez más, la globalización no solamente significa homogeneización del modo de producción en el mundo, sino también uniformidad cultural. Los patrones de comportamiento, los valores, los gustos, los hábitos, todo se mundializa; ya no hay lugar para los valores tradicionales, para los valores que identifican a un pueblo, los valores en que se fundamenta la existencia de una nación, sino que hay lugar para la universalización, pero una universalización que no resulta del consenso, que no resulta de la confluencia de voluntades de las diferentes sociedades humanas, sino que resulta de un designio, de una matriz diseñada para que se
ajusten a su funcionamiento todas las actividades. Y de allí que haya, por consiguiente, un sistema mundial de comunicación, un sistema mundial de estilos de vida y, desde luego, un sistema político mundial: el sistema de la democracia representativa, una manera mundial de entender y aceptar la actividad del hombre, el hombre sin transcendencia, el hombre como sujeto y objeto de las apetencias de la vida ordinaria, el hombre en el afán de lucro y disfrute, el hombre que encuentra en ello el principio y fin de su razón de ser".
1.3. El neoliberalismo en cuestión
Este es el título de un seminario organizado en Barcelona, 1993, por Cristianime i Justicia, que analiza los aspectos económicos, culturales, éticos y políticos del neoliberalismo. En 1995 se organiza en Córdoba (España) otro seminario sobre los derechos económicos y sociales y la crisis del Estado de bienestar". Ambos seminarios tienen en común, junto con una crítica histórica del neoliberalismo real, la nostalgia y la propuesta de reactualizar los grandes valores éticos y económicos del Estado social de bienestar: el destino universal de los bienes materiales, su distribución más equitativa y la construcción de una sociedad más solidaria. Por supuesto, como lo veremos en el presente comentario, éstos no son los únicos documentos que, desde los países desarrollados, nos ofrecen una crítica constructiva del neoliberalismo.
Desde América Latina, organizado por el CELAM-CIEDLA, tiene lugar en Santafé de Bogotá, en 1995, el seminario "Ética, economía, política y pobreza: el desafío crucial para América Latina". En 1996, los superiores provinciales de la Compañía de Jesús de América Latina publicaron un documento, de amplia resonancia, titulado "El neoliberalismo en América Latina",. Tampoco son éstos los únicos documentos que, desde América Latina, nos ofrecen una crítica constructiva sobre nuestro liberalismo real.
Estos documentos tratan de clarificar su posición frente al neoliberalismo; reconocen los aportes positivos de la globalización y de los programas de ajuste estructural, al mismo tiempo que evalúan que son mayores los desequilibrios económicos, políticos, sociales y culturales, y sobre todo los desajustes humanos de este neoliberalismo. "El neoliberalismo, tal como se entiende en América Latina, es una concepción radical del capitalismo que tiende a absolutizar el mercado hasta convertirlo en el medio, el método y el fin de todo comportamiento humano inteligente y racional. Según esta concepción están subordinados al mercado la vida de las personas, el comportamiento de las sociedades y la política de los gobiernos. Este mercado absoluto no acepta regulación en ningún campo. Es libre, sin restricciones financieras, laborales, tecnológicas o administrativas".
"Oponerse al neoliberalismo no significa estar en contra de la utilización eficiente de los recursos de que dispone la sociedad, no significa delimitar la libertad individual, no significa apoyar el socialismo de Estado... No se nos escapan los elementos positivos del neoliberalismo en la movilización internacional llevada a cabo por las transformaciones tecnológicas que han permitido disminuir las enfermedades, facilitar las comunicaciones, acrecentar el tiempo disponible para el ocio y la vida interior, hacer más cómoda la vida de los hogares"... Pero los efectos negativos son mayores.
A modo de índice, la "cultura de la exclusión", agravada por la simbiosis del neoliberalismo y la globalización, saca de la escena económica a muchedumbres de mano de obra, a miles de empresas productivas, a Estados conformistas y debilita la misma identidad nacional. Al mismo tiempo, los bandazos tecnológicos del "proceso de destrucción creativa" y las incontrolables fluctuaciones especulativas del mercado financiero (crisis bursátil de 1997-1998) transfieren la inestabilidad monetaria a los sectores productivos empresariales y a las políticas económicas de los Estados. No puede ser éste "el fin de la historia" y es necesario escuchar otras voces.

1.4. "El huracán de la globalización"

Así llama Frank Hinkelammert al proceso de globalización que pasa desde hace más de dos décadas por encima de América Latina, así como pasa por encima del mundo entero como un huracán.
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"El neoliberalismo es una concepción radical del capitalismo que tiende a absolutizar el mercado hasta convertirlo en el medio, el método y el fin de todo comportamiento humano inteligente y racional".
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"Hinkelammert presenta al primer mundo de hoy como un archipiélago que aparece en todos lados, en el interior de un mar circundante de espacios, que ya no pueden integrarse ni económica ni socialmente. Incluso, los países del primer mundo dependen de un crecimiento intensivo, altamente tecnificado, que ha logrado los límites tecnológicos posibles y que puede seguir solamente al paso del surgimiento de nuevas posibilidades tecnológicas y de su aprovechamiento. A excepción de las inversiones en infraestructura, las nuevas inversiones son función de nuevos desarrollos tecnológicos. Aunque este archipiélago de inversiones intensivas en alta tecnología está ubicado sobre todo en el Norte, esta relación no puede entenderse como una relación Norte-Sur, sino como una relación de exclusión; hoy día se habla de un tercer mundo en el interior del primer mundo y de un primer mundo en el tercero. Lo que tenemos son centros o enclaves en forma de archipiélago y una periferia circundante, donde el mercado mundial engloba todo, dada la libertad de flujos de mercancías y capitales y la ausencia de intervenciones estatales a estos flujos"...
"Esta apertura a la globalización --agrega Hinkelammert-- tiene consecuencias negativas para la inversión de capital productivo en el área industrial, agraria o de las materias primas. Estas inversiones se pueden ver bloqueadas por el mismo proceso de la globalización. La producción de estas inversiones requieren ser competitivas para poder realizarse, lo que pocas veces puede lograrse sin protección y fomento; en consecuencia no se inician. Los enclaves de este archipiélago conservan una dinámica hacia dentro y una exclusión de otras inversiones productivas. Así se explica la tendencia hacia la estagnación dinámica (jobless-growth), el bloqueo al crecimiento del capital productivo, ante la libertad de los flujos de mercancías, productos y capitales..."
"Esto afecta de manera seria a múltiples inversiones internas productivas que, al verse frenadas por la competencia, hacen que los capitales disponibles sean invertidos especulativamente. Aparece entonces la cacería de inversiones especulativas de mayor rentabilidad. Estas posibilidades de inversiones especulativas se hallan, sobre todo, en aquellos sectores de los servicios públicos y sociales del Estado. El capital especulativo no encontraría ubicación rentable sin invadir estas actividades. Esto explica la presión mundial hacia la privatización de todas las funciones del Estado para encontrar esferas de inversión no productiva. Este proceso de globalización-privatización, al generar una nivelación de salarios a la baja y una concentración mayor de los ingresos, incrementa el volumen de capitales disponibles y necesitados de nuevas inversiones especulativas. Las privatizaciones que se buscaban como solución y salida llevan a la agudización del problema..."
"En América Latina, la globalización acentúa esta estagnación dinámica donde el desarrollo se hace con menos fuerza de trabajo. Esta fuerza de trabajo <<liberada>> tiende a refugiarse en el sector
informal, en situación de precaria subsistencia. Por tanto, se discuten soluciones posibles a partir de estos problemas: exclusión de la población y destrucción de medio ambiente".
"En apoyo a esta política de exclusión se utiliza la teoría de las ventajas competitivas, ponderando siempre las ventajas y nunca sus pérdidas. Hinkelammert emplaza la teoría de las ventajas competitivas. Esta teoría sostiene que cualquier forma de libre comercio internacional necesariamente se aplica en ventaja de todos los países que entran en este comercio... Según esta teoría, no es posible que comprar barato sea la manera más cara de comprar. Sin embargo, la transición al estancamiento y después a la contracción dinámica son completamente diferentes. En esta situación, el libre comercio destruye mayores ingresos de los que se generan derivados de la compra más barata. Efectivamente, se compra más barato, pero esta compra lleva a la destrucción de producción que había permitido determinados ingresos. Al destruir esta producción, sin sustituirla por nueva y más eficiente, se pierde este ingreso sin ninguna contrapartida igual o mayor...". Este es un breve e imperfecto resumen de la tesis de Hinkelammert, que otros autores confirman desde ambos lados del Atlántico.


Bibliografia: http://www.uca.edu.sv/
Francisco Javier Ibisate
Neoliberalismo y globalización